lunes, 30 de mayo de 2011

Capítulo 5: ¿Yo?

Como hacía mucho calor decidí darme un baño en la piscina antes de acostarme. Las demás ya estaban durmiendo, solo quedábamos Trece y yo, o eso creía porque cuando me disponía a meterme en el agua oí a alguien hablar. Pensé que era alguno de los chicos de la casa de al lado porque se oía cerca de la valla.
Me acerqué al lateral de la casa para oírle mejor, pero no era un chico el que hablaba, era Raquel. Debía estar asomada a la terraza de su habitación porque la oía casi perfectamente. Esta vez no quise quedarme a escuchar lo que decía, estaba enfadada con ella, primero por no contarnos lo que hace con el móvil, segundo por ignorarnos durante el todo el día (nunca la había visto tan distraída y callada) y tercero por no decirme lo del curso de la facultad, ¡vamos a clase juntas! Es lo mínimo, sea lo que sea yo también lo quiero. Pilar iba a alucinar con que la volviera a pillar hablando a escondidas, no se cuanta paciencia le quedará pero no creo que mucha, no tardará en pedirle explicaciones.
Hablando de la reina de Roma, estaba asomada a su propia terraza, que estaba al lado de mi propia terraza, esto parece “radiopatio” en directo.
- ¡Eh tu, morena!- La grité- ¿Qué haces despierta aún?
- Tengo calor, no me podía dormir. Espera, que me pongo el bikini y bajo.
- Date prisa, que Raquel está hablando por teléfono en su terraza.- Se metió corriendo y cuando bajó llevaba el bikini en la mano.- ¿Porque no me has avisado antes? Quiero oírla.

Nos acercamos hasta ponernos justo debajo de la habitación. Pensé que ya había terminado de hablar porque no se oía nada, pero después de esperar un poco volvimos a oírla, debía de haber entrado dentro.
Escuchamos el click de un mechero al encenderse.
- ¡No me puedo creer que fume!- Decía Pilar molesta.- ¡No nos ha dicho nada!
- Schhh, no lo sabemos, a lo mejor esta encendiendo una vela o incienso, ella es muy de esas cosas, ¡calla!- Empecé a concentrarme en la conversación de Raquel.
-“No creo que sepan nada, estoy disimulando bastante bien”- Pilar no pudo aguantar la risa- “Espera creo que he oído algo”- Nos quedamos en silencio.- “Bah, no es nada, me estoy volviendo un poco paranoica con todo esto- Hubo un silencio- “Les he dicho que me voy en agosto”- Otro silencio- “No, creo que no han dicho nada sobre ello”
- ¡Pero, ¿como que…?!- Pilar me tapó la boca con la mano, creo que lo había dicho demasiado alto.
- “Oye voy a colgar, paranoica o no, no quiero que nos oigan”- Y se debió meter dentro a despedirse porque ya no oíamos nada.
- Joder Liv, ¿no podrías haberte callado?
- Oye, que no he sido yo la que se ha reído primero.

Pilar entró en la casa para ponerse el bikini y sorprendentemente no hizo ningún comentario sobre lo que acabábamos de escuchar, estaría intentado llenar los huecos, como yo.

martes, 24 de mayo de 2011

Capítulo 5: ¿Yo? No

Todas se quedaron un poco alucinadas y Belén fue la primera en hablar:

- ¡Ay madre! Verás tu abuela, pobre.
- Ja ja ja. Su abuela esta curada de espanto.- Contesto Pilar.- Pero ¿tu padre va a meter en un hotel a Lus y al chico ese? No tiene ni idea de lo que hacen ¿no?
- Pues no, cuento con que Nai o Delia le quiten la idea de la cabeza, supongo que si no lo consiguen siempre podemos chivarnos, total, a mí el chico no me hace mucha gracia. De todas formas no creo que Nai quiera pasar sus vacaciones con nosotros, las tiene en agosto y creo que prefiere ir a la montaña.
- Espera, ¿en agosto? Pues solo quedamos tú y yo en casa.
- ¿Dónde vais vosotras?- Pregunté mirando a Raquel y a Belén.
- Pues yo me voy a Roma con mi familia, es un viaje de la iglesia.- Me respondió Belén.
Nos quedamos esperando la repuesta de Raquel, que nos miraba, pero obviamente no nos estaba escuchando. El otro día nos dijo que a lo mejor se iba, pero no dijo donde.
Chasqueé los dedos delante de su cara para llamar su atención.- ¿Qué donde vas en agosto?-.
- ¡Ah! Perdona, voy a hacer un curso de la universidad en otra ciudad-. Y no dijo nada más.
- Pero ¿Qué curso? ¿Por qué no me has dicho nada? Ya te vale, a mi también me viene bien tener créditos extra.- Le dije bastante molesta, pero no me contestó, cogió su móvil de la mesa y se salió al jardín.- ¿Qué le pasa? Está mas rara que un perro verde.
Cuando dije “perro”, Trece levantó la cabeza y me miró como si estuviera hablándole a él.
- Paso de ella. Pili siempre puedes o podéis -se me escapo una risita- venir con nosotros, donde caben ocho caben nueve y medio.- Las tres nos echamos a reír.
Me quedé pensando en el curso que iba a hacer Raquel, era muy raro que yo no me hubiera enterado de que era o de dónde iba a ser. Íbamos a clase juntas y todas esas cosas también las solemos hacer las dos, no me podía creer que no me hubiera dicho nada. Algo no andaba bien.
- Pobre de tu abuela- Seguía diciendo Belén
- ¿Mi abuela? Ya, el otro día se tiró en paracaídas y ha cambiado el rubio de su pelo por un tono morado casi rosa. Di más bien pobre de mí.

domingo, 15 de mayo de 2011

Capítulo 5: ¿Yo? No creo

 Durante la cena, Pilar no paró de tirarle más indirectas a Raquel sobre llamadas de teléfono y personas que escuchan conversaciones ajenas. Lo raro es que no se daba por aludida y no sabía como capear los comentarios, cosa rara, porque si alguien puede competir con Pilar respecto a esto es ella. Realmente se la veía desconcertada, su cabeza no estaba ahí con nosotras.
 Me levanté de la mesa para coger el helado del congelador y me quedé mirándolas desde la encimera. Empecé a pensar en que sería de nosotras en un futuro (esto es culpa de cenar con cerveza) cuando sonó mi móvil, era la melodía que tenía para mi padre. Agarré el teléfono de mala gana y, cuando me pareció que ya había sonado suficiente, conteste:

 - ¡Hola papá!
 - Hola pequeña, ¿cómo estás? ¿Todo bien por allí?
 - Si claro, todo bien, llegamos ayer.
 - Ya, ya. Así que ¿tomando el sol y jugando en la piscina por la tarde?
 - ¡Claro papá! Y a las 6 la niñera nos da la merienda.- Estaba siendo demasiado borde con él, no volveré a cenar con cerveza.
 - Bueno ya, vale. Pero… ¿algo así no? ¿No andaréis con chicos verdad? Que suficiente tengo con que tu hermana se haya ido con la mitad de los niños de su clase de vacaciones. Por cierto, ¿no podrías ir a verla? Así… para ver que hace, no la avises ¡que sea una sorpresa!
 - ¡Claro que no! No lleva ni un día de vacaciones y quieres que vaya a espiarla. Esta lejos, además. No haberla dejado ir.
 - Ya pero soy un padre “guay”, no podía decirla que no. A vosotras me costó menos dejaros ir, pero es que de ella no me fío tanto, se parece a tu abuela.
Se me acaba de ocurrir que podríamos irnos toda la familia de vacaciones juntos, como cuando erais pequeñas, ¡y con la abuela!
 - ¡Que fiesta! Y ya de paso ¿porque no invitas a tu “amigo” y a su hijo?
 - ¡Qué gran idea cariño!- Vale, no ha cogido la ironía del comentario.
 Pegué la frente al mármol del mostrador un poco abatida, ¿como se me ha podido ocurrir hacer ese comentario? Mi padre nunca entiende la ironía.
 - No papá, no lo es, demasiada gente. Ya sabes que luego no nos ponemos de acuerdo en nada.
 - Ya ya… Si si… Bueno, ya te llamo mañana. Un beso.- Perfecto, ahora se pondrá a darle vueltas a la idea de unas vacaciones geniales en familia, ¡pero que boquita tengo!

 Cuando volví a la mesa, con el helado medio derretido (no, no se me ocurrió volverlo a meter en el congelador mientras hablaba), estaban discutiendo, otra vez, sobre si llamar a los vecinos o no.

 - Creo que no, no los necesitamos para pasarlo bien, nos tenemos a nosotras.- Se repetía Belén.
 - Por favor, dejadlo ya.- Dije.- Si no queréis ir ya iré yo sola, pero mañana, que hoy no me apetece. – Seguía estando borde.
 - Vale vale, paz. Yo te acompañaré, si es que vas.- Me dijo Pili.- ¿Qué te ha dicho tu padre para que te pongas así?
 - Mmm.- Fruncí el ceño molesta por su comentario.- Estaba así antes de cogerle el teléfono y no se como he conseguido que pensara que irnos toda la familia, mi abuela, su novio y el hijo de éste de vacaciones sería una buena idea.