domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 6: Yo

La relación entre Pilar y Raquel estaba bastante tensa. A una no le gusta que le ocultemos cosas, y es, lo que esta haciendo la otra, muy mal además. Yo también estaba molesta, pero el que Pili estuviera así me hacía ponerme un poco del lado del “diablo”. Belén sin embargo estaba ajena a todo, tiene poca perspicacia y curiosidad, y el chico ese ocupaba todo su cerebrito.

Por la noche me puse a hacer la cena, si, yo sola. Las otras estaban cada una a lo suyo pero todas con el móvil. Al menos había paz. Me puse música en la cocina y empecé a hacer pizza y una ensalada.
Cuando saqué la última pizza del horno sonó el timbre. Levanté la cabeza pero nadie parecía haberse dado cuenta, solo se oían los gritos de Pilar que debía tener problemas con algo del trabajo. Me acerqué al timbre, que tenía cámara, para ver quien estaba al otro lado de la puerta de fuera.
Parecía uno de los chicos de al lado pero estaba oscuro y no se le veía muy bien.
- ¿Hola?- Pregunté.
- Em, hola. Soy Alejandro, el vecino. Venía por si te apetecía compartir el ron que compraste el otro día.
- ¡Ah! Si, espera que salgo un momento.- Colgué el auricular y salí fuera, a la puerta principal.
La puerta era de metal grueso y muy alta, no se veía lo que había al otro lado, me temblaban un poco las manos cuando agarré el picaporte para abrir. Tomé un poco de aire y abrí.
Estaba ahí, de pié, con el pelo un poco mojado, una camiseta de publicidad de alguna marca de ron (que casualidad) y el bañador. Estaba guapísimo, cada vez que lo veía me lo parecía mas. Era casi dos cabezas más alto que yo, y eso que mido 1. 70.
- ¿Qué tal?- Se agachó y me plantó dos besos. Yo me quedé de piedra mirándole, estas cosas no se me daban muy bien.
- Bien, gracias.- Conseguí decir.
- Emm, bueno venía por si os apetecía pasar a tomar algo a casa, ¿estás sola?
- ¡No! Están las demás dentro- Dejé de mirarle, así parecía mas fácil hablar.- Íbamos a cenar ahora, pero quizá después si.
- Ah, vale bien. Por cierto, se como se llama tu perro, pero no se como te llamas tu.
- ¡Es cierto! Me llamo Olivia.- Volví a mirarle a la cara, tenia rasgos un poco infantiles pero con esa barba de tres días tenía un aspecto muy sexy.
- Encantado, Olivia.- Y me dio otros dos besos.- Os esperamos luego, traeros el bañador, estaremos en la piscina.- Y se alejó caminando en dirección a su casa.

Entré casi corriendo en casa, quería contárselo enseguida a las chicas, pero seguían con sus móviles, creo que ni siquiera habían notado que no estaba.

- ¡Ey! ¿Hola?- Empecé a gritar.
- Si un momento Liv, ya vamos a cenar.- Me respondió Belén sin apenas levantar la cabeza del teléfono. Nunca la había visto usarlo tanto, creo que tiene el mismo aparato desde hace 3 años. Raquel ni si quiera se molesto en hacer un gesto.
Salí fuera a buscar a Pilar. Cuando llegue hasta ella me hizo gestos de que ahora entraba, tapó el auricular con la mano y dijo:
- Cariño ahora entraré, esto es importante.- Y volvió a atender a la conversación.
Cabreada volví dentro, nada, todo igual. Agarré un buen pedazo de pizza, lo puse en un plato y subí a mi habitación.
Mientras me ponía mi mejor bikini iba cenando, si ellas no querían dejar el móvil no me iba a quedar ahí mirándolas. Si, me voy a ir yo sola con los vecinos.
Ya vestida y con el bolso en la mano bajé a la cocina. Metí la botella de ron dentro. Eché un vistazo a las chicas, seguían a lo suyo.
Aunque deseaba irme ya, no pude evitar pensar que si esperaba un poco quizá vendrían conmigo, por una parte me apetecía ir sola pero meterse en una casa llena de chicos a los que no conoces no es la mejor de las ideas. Decidí comerme otra porción de pizza y así hacer tiempo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Capítulo 6: Sigo yo

Me levanté tarde y muy cansada. Nos pasamos toda la noche hablando, comiendo bollos y bebiendo los batidos. Pilar estuvo cronometrando lo que tardaba en sacarlos del agua, esquivando las velas, claro.
Baje a la cocina y al lado de la nevera había una nota:

Estamos en la playa”
                               Belén, Raquel y Trece

Así que Pili seguía en la cama. Cogí el zumo de la nevera y un par de vasos y subí a despertarla.
La habitación estaba completamente a oscuras, me acerqué a la cama y ahí estaba, roncando como ogro. Puse el brick en su espalda y subí las persianas para que entrara luz. Solo cuando el sol le dio en la cara abrió los ojos.
- Joder Liv, cierra eso.- ¿En serio no le molestaba el zumo en su espalda?- Mira, ¡que te he traído el desayuno a la cama!
- Dirás el zumo a mi espalda, está bien… voy. –Y de mala gana se incorporó tirando el brick al suelo.

Mientras desayunábamos le conté lo que nos había dicho Belén sobre el chico de la iglesia.
- Olivia ¿no te empieza a parecer extraño que hasta nuestra virgencita se interese por alguien y tú no?
- Pues no, me concentro en otras cosas, de todas formas no es que no me interese nadie, es que no salgo con todos los que me interesan. ¡Pero mira! Esta noche voy a ir a ver a los vecinos, a lo mejor me intereso en alguno.
- Eso quiero verlo yo.

Comimos algo más, nos preparamos para ir a la playa y bajamos.
Debajo de la sombrilla estaban Trece y Belén tumbados, Raquel debía estar en el agua.
- Ya me han contado lo del chico que te gusta… pero quiero que me cuentes mas sobre él.- Le dijo Pili.- Belén, que notó el tono de vacile, puso mala cara.
- Bueno… no es que me guste, es mono, pero no va a la iglesia así que no creo que mis padres quieran que salga con él. Apenas le conozco de todas formas.
- Pues con más razón, necesitas a alguien de fuera de ese sitio y no creo que pase nada si no es el chico ideal para tus padres, no saldrían ellos con él.- Parece que ahora lo decía más en serio.
- ¡Ves! No tenías que haberle dicho nada.- Me miró.
- Pero si no te ha dicho nada malo. Y algo de razón tiene.- Le conteste.
- ¡Siempre te pones de su lado!
- Pero, ¿cuántos años tienes Belén?- Se burló Raquel, que venía del agua.
- Agg, Bueno…
- ¡Vamos! Cuéntanos algo más de él.- Insistió Pilar.
- Pues… es alto, moreno, creo que lleva un tatuaje en el brazo, eso no me gusta demasiado.- Y puso cara de asco.
- Hasta que te hagas uno.- Interrumpió Raquel otra vez.
- No creo que lo haga. Bueno sigo, es un chico grande y fuerte, de esos que te abrazan por detrás y te cubren entera…- Parecía una princesa hablando de su príncipe azul.
- Bueno, ¿que estilo tiene? ¿Cómo viste?- Preguntó Pili.
- ¡Ah! Ahora que lo pienso, no me he fijado mucho. Me suena haberle visto el otro día… ¡con traje! Si, con traje.- Las tres nos echamos a reír.
- ¡¿Como va a vestir siempre con traje?! ¡¿Quién es?! ¡¿Barney?! Iría a una boda o algo así.- Dije.
- No se quien es ese, pero no me suena haberle visto de otra forma.
- Quizá vaya a trabajar con traje.- Saltó Raquel.
- Vale, adjudicado, el chico del traje para Belén- Soltó Pilar.- Ahora solo falta uno, o quizá una.- Dijo bajito.- Para Liv.
- Oye ¿y yo que?- Preguntó Raquel- Reaccionó un poco tarde al comentario pero sonaba convencida.
- Tu… contigo ya hablaremos en otro momento.- Le contestó Pilar. ¡Ala! Seguro que ahora sabe que sabemos algo. Le miré con mala cara.

jueves, 9 de junio de 2011

Capítulo 6: Aquí sigo yo

Me acerqué a la piscina y metí los pies en el primer escalón. El agua estaba fresquita y me alivió parte del calor que tenía, la noche estaba despejada pero la luna no daba demasiada luz. En el jardín solo estaban encendidas las luces de la piscina y las del camino que lleva hasta la puerta que da a la playa. Respiré profundamente para poder oler el mar. Estaba tranquila y muy a gusto, pero mi momento se rompió cuando oí trastear y maldecir a Pilar dentro de la casa.
- ¡Leche! Olivia, ven. Ayúdame. – Entré dentro con los pies mojados y la vi sujetando una caja en un brazo y en el otro otra caja más grande, obviamente no podía con las dos, a si que cogí la mas grande y salí fuera.

Puse la caja en el borde de la piscina y me senté en los escalones. Cuando llegó Pilar, dejó la caja que ella llevaba al lado de la otra y abrió la que yo había traído. Empezó a sacar de dentro unos recipientes con velas en el centro, las fue encendiendo y dejando en el agua de la piscina donde se alejaban flotando cual barquito de papel. La canción me vino a la cabeza y empecé a cantarla, ella me siguió y ahí estábamos las dos como niñas pequeñas cantando “El barquito chiquitito". Cuando acabó de encender todas la piscina estaba preciosa, llena de pequeñas luces.

Se sentó a mi lado, el agua nos cubría hasta la cintura, se estaba genial. Agarró la otra caja y empezó a sacar de ella botellitas de batido de fresa (nuestro preferido) y a lanzarlas al agua intentando esquivar las velas, supongo que ella esperaba que yo las recogiera del fondo cuando se hubieran enfriado. Cuando hubo lanzado unas ocho, sacó de la caja una bolsa llena de pastelitos de los que comíamos en el colegio, Panteras Rosas y Tigretones.
Nos quedamos en silencio un rato, escuchando las olas y el sonido del viento que pasaba entre las hojas de las palmeras del jardín. Escuché como algún pájaro se posaba en uno de los árboles, pero no pude ver que era.
Pilar me tendió un pastelito y ella se abrió otro.

- Es mi último verano- Me dijo
- ¿Cómo que es “tu ultimo verano”?
- Si, el año que viene no será igual. Mi madre dice que maduraré mucho, tengo que cuidar de otra persona, no solo de mí y de vosotras. El verano que viene bajaremos a la playa con una piscinita hinchable y, en vez de botellines de cerveza por todas partes, habrá biberones y chupetes.- Estaba un poco triste mientas hablaba.- Siento que tengo que recordar cada momento y fotografiar todo porque en unos meses anda será igual. ¡Incluso puede que tengas novio!- Siempre tiene que poner el chiste en algo serio.
- Bueno… no te he visto sacar la cámara aún- Se rió- Las cosas van a cambiar, pero nosotras no, simplemente seremos una o uno mas. Y los biberones estarán al lado de las cervezas, solo tendrás que asegurarte de que le das el correcto.
- Ja ja ja, vale, no me preocuparé más por hoy. ¿Tú qué crees que será?
- Pues… humano, espero. Aunque sería gracioso que fuera un bebe lagarto.- Nos echamos a reír.- Pues no se, pero seguro que sale muy guapo o guapa, porque el padre estaba tremendo.
- ¡Oye!
- Vale vale, la madre también está tremenda.- La dije guiñándole un ojo.- ¿Has pensado nombres?
- La verdad es que no, aún no me lo creo mucho. Supongo que lo asumiré del todo cuando la ropa de mi armario deje de valerme. ¡Adiós talla 36!- Suspiró.
- Míralo por el lado bueno, ¡más ropa para mi!
- ¡Ey! Pienso recuperarla después y arreglar la que pueda, la ropa premamá es para señoras. En serio, hace poco una clienta me pidió que la vistiera estando embarazada y fue muy difícil encontrar algo que no la pusiera diez años más encima, que pudiera pagar claro.
- Seguro que tú encuentras algo que si puedas pagar y te quede bien.- Se me ocurrió una broma un poco pesada, pero no creí que fuera el momento de soltarla.

lunes, 30 de mayo de 2011

Capítulo 5: ¿Yo?

Como hacía mucho calor decidí darme un baño en la piscina antes de acostarme. Las demás ya estaban durmiendo, solo quedábamos Trece y yo, o eso creía porque cuando me disponía a meterme en el agua oí a alguien hablar. Pensé que era alguno de los chicos de la casa de al lado porque se oía cerca de la valla.
Me acerqué al lateral de la casa para oírle mejor, pero no era un chico el que hablaba, era Raquel. Debía estar asomada a la terraza de su habitación porque la oía casi perfectamente. Esta vez no quise quedarme a escuchar lo que decía, estaba enfadada con ella, primero por no contarnos lo que hace con el móvil, segundo por ignorarnos durante el todo el día (nunca la había visto tan distraída y callada) y tercero por no decirme lo del curso de la facultad, ¡vamos a clase juntas! Es lo mínimo, sea lo que sea yo también lo quiero. Pilar iba a alucinar con que la volviera a pillar hablando a escondidas, no se cuanta paciencia le quedará pero no creo que mucha, no tardará en pedirle explicaciones.
Hablando de la reina de Roma, estaba asomada a su propia terraza, que estaba al lado de mi propia terraza, esto parece “radiopatio” en directo.
- ¡Eh tu, morena!- La grité- ¿Qué haces despierta aún?
- Tengo calor, no me podía dormir. Espera, que me pongo el bikini y bajo.
- Date prisa, que Raquel está hablando por teléfono en su terraza.- Se metió corriendo y cuando bajó llevaba el bikini en la mano.- ¿Porque no me has avisado antes? Quiero oírla.

Nos acercamos hasta ponernos justo debajo de la habitación. Pensé que ya había terminado de hablar porque no se oía nada, pero después de esperar un poco volvimos a oírla, debía de haber entrado dentro.
Escuchamos el click de un mechero al encenderse.
- ¡No me puedo creer que fume!- Decía Pilar molesta.- ¡No nos ha dicho nada!
- Schhh, no lo sabemos, a lo mejor esta encendiendo una vela o incienso, ella es muy de esas cosas, ¡calla!- Empecé a concentrarme en la conversación de Raquel.
-“No creo que sepan nada, estoy disimulando bastante bien”- Pilar no pudo aguantar la risa- “Espera creo que he oído algo”- Nos quedamos en silencio.- “Bah, no es nada, me estoy volviendo un poco paranoica con todo esto- Hubo un silencio- “Les he dicho que me voy en agosto”- Otro silencio- “No, creo que no han dicho nada sobre ello”
- ¡Pero, ¿como que…?!- Pilar me tapó la boca con la mano, creo que lo había dicho demasiado alto.
- “Oye voy a colgar, paranoica o no, no quiero que nos oigan”- Y se debió meter dentro a despedirse porque ya no oíamos nada.
- Joder Liv, ¿no podrías haberte callado?
- Oye, que no he sido yo la que se ha reído primero.

Pilar entró en la casa para ponerse el bikini y sorprendentemente no hizo ningún comentario sobre lo que acabábamos de escuchar, estaría intentado llenar los huecos, como yo.